Tejer es evocar los espíritus femeninos que han transitado los cuerpos de miles de mujeres chilenas y latinas. Tejer es construir un puente que atraviesa miles de años de cultura, es revivir las historias y hacer emerger la sabiduría ancestral que guarda un legado de energías sutiles e intangibles, pero al mismo tiempo poderosas y que nos hace ser lo que somos; mujeres perseverantes y de silenciosas y potentes almas, cuyo trabajo atesora una belleza y calidad digna del mejor ingeniero. Tal como la labor de una araña, las mujeres tejemos conectadas con todas las mujeres que antes también tejieron sus telas de arañas, conectadas asimismo con el Arte Ancestral y natural que nuestras madres y abuelas dieron a luz punto por punto, urdimbre tras urdimbre, por allá en el origen de los tiempos y a través del cual alimentamos nuestra alma y aquella de todos nuestros antepasados, compañeros e hijos.
Hilar es construir el destino, como las Parcas en la Grecia antigua, para luego tejer la estructura flexible, cálida y acogedora de nuestras vidas, en unión, como la misma red del Universo. Tejer es construir un micro cosmos que refleja y contiene todo lo que fuimos, somos y seremos.